jueves, 17 de noviembre de 2011

XVIII

    
 -Buenas tardes caballero, ¿tiene usted un...?
     -...
     -Hola, señorita, ¿podría darme algo para...?
     -...
     -Señora, ¿...?
     -...
     -Chaval, chavalito, ¿tienes algo para...?
     -...
     -Oye, dame algo para merendar...
     -...
     -Hombre, ¡cuanto tiempo sin verte!
     -¿Qué haces?
     -Pues ya ves, aquí pidiendo para la merienda.
     -¿Para la merienda o para el poleo?
     -Je, je, si hay para los dos...
     -¿Te viene  bien un euro?
     -Venga...
     -¿Qué tal andas?
     -Regular, la gente tú sabes... Dormía en un zaguán en unas mantas que
me prestaba una mujer mayor a la que le hacía compañía, pero un día vino el
hijo, que por lo visto viene de higo a breva, se puso a dar gritos, le
echó una bronca a ella y a mí del zaguán.
     -¡Vaya hombre...!
     -¿Tú no podrías...?
     -Que va, miarma, si yo todavía vivo con mis padres...
     -Ahora llevo una semana durmiendo en el quicio de una puerta allí detrás
pero me levanto deslomao.
     -Desde luego... ¿hasta cuando vas a seguir así?
     -Hasta que encuentre otro sitio donde...
     -Me refiero que cuándo te vas a quitar de la calle. Podrías buscarte
algún sitio donde trabajar...
     -¿Y en qué? Yo nunca he hecho nada, yo no se...
     -Pues ayuda a las marías en la compra, muchas te dan propina porque les
lleve los bultos a casa.
     -Sí, pero para eso hay que estar toda la mañana en la plaza... Además,
tenía una a la que acompañaba a las compras pero me echó porque le sisaba
de las bolsas.
     -Es que eso no se puede hacer, si encima de que te ayudan tu les sisas...
     -Pero si era sólo alguna cosilla para almorzar, ¡ni que se lo fuera a
comer todo!
     -Pero no se puede...
     -La gente se cree que por una limosna que te den ya les debes la vida,
y eso no es así...
     -Tú como no trabajas para conseguir el dinero, no sabes lo que cuesta...
¿Tú no sabes que Dios condenó a Adán y Eva a ganarse el pan con el sudor de
la frente? Je, je...
     -¿A quién?
     -A Adán y Eva.
     -¿Y eso quienes son?
     -¿No sabes quienes son Adán y Eva?
     -¿...?
     -¿En el colegio...?
     -¿...?
     -¿Tus padres no...?
     -¿...?
     -¿Sabrás por lo menos quién es Dios, no? Je, je...
     -Sí, el Gran Poder.
     -¿Tú nunca te has preguntado quién hizo el mundo?
     -Pues... no. El mundo siempre ha estado así, ¿no?
     -Antes no había nada, sólo noche. Ni tierra, ni cielo, ni sol, ni
estrellas, sólo noche.
     -¿Había nubes?
     -Tampoco.
     -¿Y cómo había noche si no había estrellas?
     -No había nada, nada de nada. Sólo existía Dios; Él ha existido siempre.
     -¡...!
     -Y Él lo hizo todo, la tierra, y el cielo, y los mares, y los animales
y las plantas, y el hombre y la mujer. Y les prohibió que comieran manzanas
de un  árbol...
     -¿Y por qué?
     -Porque era suyo.
     -¿Yél comía manzanas de ese  árbol?
     -No, Él no lo necesita, Dios no come, ni duerme.
     -¿Y entonces que más le daba?
     -Porque... Bueno, da igual, el caso es que comieron y los echó del
Paraíso, y les condenó a trabajar para vivir. Y desde entonces todos tenemos
que ganarnos el pan con el sudor de la frente.
     -"Somos víctimas propicias de una antigua maldición, hemos de ganar el
pan con nuestro propio sudor, menos mal que aquí en Sevilla la vida tengo
ganada, porque con el calor que hace sudo aunque no haga nada" Ja, ja, ja...

     -¿Qué dices?
     -Je, je, es una canción del Silvio.
     -¿Silvio Rodríguez?
     -No, el Silvio. Antes no la entendía, ahora sí...
     -Entonces comprendes que debes trabajar para vivir, ¿no?
     -No, lo que pienso es que con todos los  árboles que hay no sé como la
gente tiene que trabajar tanto. A mí es que eso de trabajar...
     -Eres un caso perdido... Bueno, tengo que irme, que llego tarde.
     -¿A dónde ?
     -A mi casa. Tengo que comer para volver al trabajo.
     -¿Y no duermes siesta ni nada?
     -No me da tiempo, tengo que entrar a las cuatro.
     -Pues vaya...
     -Bueno, hasta luego.
     -Adios...

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