lunes, 7 de noviembre de 2011

VIII


   -¿Y ustedes dónde se hospedan?
     -En un hotel de la calle Abades. Está  cerca de aquí.
     -Ahí mismo, esa que se ve ahí. Asómese a la puerta...
     -¿Sí, tan cerca? No puede ser, si hemos dado la vuelta por...
     -Que sí, mujer, que es esa, lo que pasa es que ustedes habrán salido por
el otro lado. ¿Saben por qué se llama Abades?
     -No...
     -Porque en el siglo XVII era una calle llena de palacios pertenecientes
a los miembros del Cabildo.
     -Vaya, qué interesante... ¿Y usted cómo sabe tantas cosas?
     -Llevo viviendo toda la vida aquí, y siempre me ha gustado leer cosas de
Sevilla.
     -Pues yo pensaba, así al pronto, que usted habría sido profesor...
Profesor de historia.
     -Bueno, muy descaminada no anda.
     -¿Ah no?
     -No, je, je, yo he sido anticuario, es decir, que también vivía de las
antiguallas.
     -¿Y ya no lo es?
     -No, no... Yo ya estoy jubilado. Hombre Juan, ¿cómo estás?
     -Aquí que venimos a tomarnos una cerveza, ¿y tú que haces?
     -Aquí estoy con estas señoras, que son de  Jaen y están de visita.
     -¿Qué, les está gustando?
     -Sí, sí, todo muy bonito.
     -Juan, ven un momento.
     -Dime.
     -Oye, ¿tienes para invitarme una cervecita? Es que se me ha ido el poco
dinero que traía en invitar a esas dos y...
     -Bueno, vente para acá. ¡Martínez...! ¡Martínez!
     -Voy...
     -Ponme dos cervecitas.
     -Una y dos.
     -Martínez, ya va a estar la Bestia saltando al césped.
     -Ojú... Y los catalanes besando estampitas.
     -Juan, yo me voy para allá...
     -Vale... Pero Martínez, hay que tener cuidado con el Barça que este año
está  muy fuerte...
     -¿Y queee...? Mira, se desmarca Jesuli, bombea al área y allí está el
Baptista con dos tíos alrededor, ¿Tú que crees?
     -Ja, ja, ja...
     -Ya estoy de vuelta...
     -¿Y eso?
     -Nada, que dicen que se van al hotel a comer. Las cabronas me han costado
cuatro euros.
     -¿Cuatro?
     -Me daba apuro invitar a una y a otra no...
     -Ja, ja, porque la otra es tela de fea.
     -Ojú... Yo pensaba que se iban a quedar a comerse unas tapitas y que se
iban a estirar algo
     -¿Y tú porque no comes allí en la Caridad?
     -Allí no hay más que viejos...
     -Ya habló el chaval.
     -Je, je...
     -¿Tan mal se come allí?
     -Mira Juan, ayer antes de irme por la mañana a dar una vuelta le pregunté
al Ramón que qué había de almorzar, y como me dijo que había arroz me volví
más temprano, que a mi el arroz me gusta. Bueno, pues cuando nos lo pusieron
en la mesa, ¿a qué no sabes cómo era el arroz? En blanco.
     -¿Sin nada?
     -Sin nada. Le dije al Ramón, compadre, ¿esto es lo que hay de comer?
"Arroz", me dijo y yo le dije, "desde luego arroz sí es"
     -Pero allí no te cuesta nada.
     -¿Qué no? Me cuesta las tres cuartas partes de la pensión.
     -Pero con tu pensión a dónde ibas a ir?
     -Allí, nada más. Eso ya lo sé yo Juan, no hace falta que tu me lo digas.
     -¡Martínez...! Ponme otras dos. Ya está ¿eh? Que está  la cosa muy mal,
hasta el día diez no cobro.

     -Gracias Juan...
     -¿Qué hablas? A mí no me des gracias ni nada... Oye, ¿cómo era la poesía
esa que tú le cantabas al Pineda?
     -¿Cual de ellas?
     -La de la Guardia Civil...
     -¡Guardia Civil caminera,
      detengan a este calabaza!
      ¿No entiendes calavera
      que vas dejando una estela
      por la Ciudad de la Gracia?
     -Ja, ja, ja....
     -Ese tío siempre va igual. Porque mira, yo no engaño a nadie. Si yo
me arrimo y digo algunos versos y cuento un par de historias y me quieren
invitar mientras hablamos, eso es algo normal, se hace con un amigo y se hace
con un extraño...
     -Claro que sí, pero él es otra cosa.  Él se las da de que tiene dinero,
con la ropita, el anillito falso, el acento, embauca a las viejas y le acaba
sacando los cuartos, o le deja una roncha donde sea...
     -¿Pues no me dijo una vez delante de unas mujeres porque le lancé una
indirecta "usted se calla, que con los muertos de hambre yo no intercambio
palabras"?
     -¿Eso te dijo? ¿Y tú que le dijiste?
     -Le dije "sal fuera si tienes huevos", pero se quedó allí mirando para
otro lado. Es un cobarde, mucho fardar pero es un burlador sin espada. ¡Me
habré comido yo más que ese...! Y con tías de bandera...
     -Porque tu te las ligabas con el piquito
     -Claro... Una vez decía a una tía "Yo soy un caballero" y yo le dije por
lo bajini "¿Caballero? Borriquero y de los malos"
     -Ja, ja, ja.
     -Te voy a dejar Juan.
     -¿Y eso?
     -¿Ves a esa mujer de allí?
     -¿La del pelo rojo?
     -Sí. Estuve ayer hablando con ella, quería que le enseñase el Barrio.
Voy a ir para allá  a ver si cae algo.
     -Vale.



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